Las 6 fases de un plan de marketing eficaz

Cuando nos ponemos a diseñar un plan de marketing no debemos olvidar que tiene que ser realista, el papel lo soporta todo pero a la hora de la verdad todo no es realizable y tampoco podemos pretender cosas difícilmente alcanzables. Hoy hablamos sobre las 6 fases que todo plan de marketing debe tener:

1. Análisis de la situación: Antes de empezar a planear nuestra propia estrategia es clave que conozcamos la situación en que se va a desarrollar. Si no tenemos en cuenta el entorno en el vamos a trabajar es muy complicado que nuestra estrategia tenga éxito. Esta etapa de análisis incluye uno interno y otro externo. Respecto al interno, nos referimos a nuestros propios recursos y capacidades con los que contamos para conseguir los objetivos. Debemos analizar aspectos relativos a la financiación (liquidez, rentabilidad, recursos financieros), a la producción (recursos humanos, materias primas, capacidad tecnológica y de producción) y también a la propia organización de nuestra empresa (jerarquía, identidad corporativa, cultura empresarial). En el análisis externo debemos tener en cuenta el entorno económico, social, cultural y por supuesto también político y legal.

2. Previsiones: No se trata sólo de lo que creemos que vamos a vender. Los pronósticos que hagamos deben incluir previsiones a corto, medio y largo plazo respecto al entorno en el que estamos, el mercado en el que desarrollamos nuestra estrategia, la evolución de nuestra competencia y también nuestra propia empresa.

3. Objetivos: Una vez que hemos analizado el entorno externo e interno y hemos calculado a corto, medio y largo plazo lo que puede ocurrir es el momento de fijar los objetivos. Antes de plantear cualquier estrategia debemos saber exactamente lo que queremos conseguir y tampoco podemos realizar cambios en los objetivos una vez que la estrategia está en marcha ya que tendríamos que volver a replantear todo desde el principio. Los objetivos pueden ser tangibles o intangibles. Los objetivos tangibles son medibles como un porcentaje concreto en el aumento de ventas, el llevar nuestro producto a X lugares más, conseguir la fidelización de un número concreto de clientes, etc. Los objetivos intangibles se refieren a la mejora de nuestra imagen de marca, el aumento del reconocimiento de nuestra marca y productos, etc.

4. Elección de las estrategias: Ahora que ya tenemos definidos los objetivos tanto tangibles como intangibles es el momento de decidir cómo los vamos a conseguir. El camino que vamos a seguir es la estrategia. Para que una estrategia sea considerada como tal debe tener: la capacidad de alcanzar una ventaja competitiva, coherencia con los objetivos, equilibrio entre los recursos de nuestra empresa y el entorno.

5. Timing: Nada va a llegar a buen puerto sin no tenemos un calendario bien definido. En él se concretarán los responsables de cada acción, las tácticas de cada estrategia, quién las realiza y cuándo, la cuantificación de los recursos y cuándo y dónde se van a destinar.

6. Control y evaluación: Para poder calcular la efectividad real de todo lo que hemos ido haciendo es necesario evaluar los resultados cada vez que vamos avanzando para corregir, reconducir o eliminar aspectos que no nos ayudan a conseguir los objetivos fijados.